contrasu año, la Constitución de la Vmi República celebrará su sexagésimo quinto aniversario y pasará entonces a la historia como la Constitución más duradera de nuestra historia, superando a la del IIImi República (1875-1940). Ha sido capaz, hasta ahora, de adaptarse a múltiples situaciones y resistir muchas crisis, revelando el adecuado equilibrio que logra entre la flexibilidad y la solidez de las instituciones: éstas se muestran suficientemente flexibles para adaptarse a la diversidad de situaciones y lo suficientemente robusto para soportar diferentes crisis.
Sin embargo, una «cura de rejuvenecimiento» sería útil. En efecto, aunque sí se trata de un sistema parlamentario –y las elecciones legislativas de 2022 lo subrayan particularmente, al confirmar que son las únicas en atribuir efectivamente el poder–, la preponderancia del ejecutivo y, en particular, del Presidente de la República provoca una desequilibrio institucional que puede ser perjudicial y que debe ser corregido. Un debate y una reflexión satisfactoria para emprender, ya sea científica o política, pudiendo el primero alimentar, incluso generar el segundo. Se pueden aplicar muchas propuestas, pero, ante un equilibrio desequilibrado, solo existen dos posibilidades para restablecer el equilibrio: quitar peso de un lado o añadir peso del otro.
En lugar de tratar de debilitar al ejecutivo, parece más prudente permitir el parlamento, al menos por dos razones. Por un lado, al ser el presidente elegido directamente por el pueblo, su debilitamiento podría asimilarse a una regresión democrática más que a un progreso. Por otro lado, en una de las diversas elecciones presidenciales pudimos observar que todos los candidatos que calificaron para la segunda vuelta, reuniendo así una gran mayoría entre ellos, nunca abogaron por un debilitamiento del poder presidencial. Por el contrario, los candidatos que defienden tal desarrollo nunca han logrado imponerse. Es por tanto que los franceses se adjuntan al lugar que ocupa el Presidente de la República.
Reequilibrio y fortalecimiento democrático
Por el contrario, el fortalecimiento del Parlamento sería la traducción directa de un reequilibrio y fortalecimiento de la democracia. Pudimos ver, durante los debates parlamentarios, hasta qué punto el gobierno fue capaz de contradecir el poder legislativo, en particular recurriendo al artículo 49.3 de la Constitución.
Todavía podremos ver, al abrirse el debate sobre la reforma de las pensiones, que este poder coercitivo se extiende más allá de este único artículo, ya que una reforma de tal envergadura se incluirá y mencionará en el marco de una ley específica sobre la financiación de la Seguridad Social. Seguridad Social, cuya adopción presupone un procedimiento constitucional específico, que en particular la limita a plazos muy breves.
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