La ministra de Cultura de Francia, Rachida Dati, será juzgada por cargos de corrupción y tráfico de influencias en un proceso que podría comprometer seriamente su futuro político. La decisión judicial llega en un momento clave, a menos de un año del inicio del ciclo electoral municipal, donde Dati figuraba como una de las favoritas para disputar la Alcaldía de París en 2026.
El asunto se origina en el lapso entre 2010 y 2012, cuando Dati fungía como representante en el Parlamento Europeo y también ejercía como abogada. Conforme a la investigación judicial, en ese tiempo habría obtenido un total de 900.000 euros de una subsidiaria de Renault como compensación por presuntos servicios de asesoría legal. No obstante, los investigadores afirman que estos trabajos no se llevaron a cabo y que esos pagos podrían haber camuflado gestiones de lobby ante el Parlamento Europeo, actividades expresamente vetadas para los eurodiputados.
Un proceso judicial con implicaciones políticas
El Tribunal Correccional de París tendrá la responsabilidad de examinar el caso. Dentro del mismo expediente se encuentra también el empresario Carlos Ghosn, exlíder de Renault, quien vive actualmente en Líbano después de escapar de la justicia. Las imputaciones hacia Dati comprenden encubrimiento de abuso de autoridad, abuso de confianza, corrupción pasiva y tráfico de influencias de forma pasiva.
La primera audiencia está prevista para el 29 de septiembre, en una sesión técnica que servirá para determinar la fecha de inicio del juicio. Este calendario adquiere relevancia política, ya que podría coincidir con la precampaña para las elecciones municipales de 2026. Dati, que aún no ha formalizado su candidatura, era considerada una aspirante natural para suceder a la actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien ya ha confirmado que no buscará la reelección.
La defensa de Dati ha anunciado que recurrirá la decisión judicial, argumentando que un eventual juicio no debería interferir con un proceso electoral. “No imaginamos que este juicio se celebre en plena campaña”, afirmó uno de sus abogados, subrayando el impacto que podría tener la situación sobre la participación de su clienta en los comicios.
Historia política llena de polémica
Rachida Dati, de 59 años, es una de las personalidades más destacadas del partido conservador Los Republicanos. Su trayectoria política es sólida y reconocida por su actitud decidida y directa, habiendo ocupado posiciones de alto nivel en varios gobiernos. Ejerció como ministra de Justicia desde 2007 hasta 2009 bajo el mandato de Nicolas Sarkozy, y ha continuado siendo una figura importante en la política de Francia.
En junio de 2020, se presentó como candidata a la Alcaldía de París, obteniendo el segundo lugar frente a la socialista Anne Hidalgo. Su posible regreso al ruedo electoral en 2026 era ampliamente esperado, en parte gracias a su posición dentro del actual Gobierno. Desde enero de 2024, Dati ocupa la cartera de Cultura, habiendo sobrevivido a múltiples cambios de gabinete, lo que la convierte en una de las ministras con mayor continuidad del Ejecutivo.
Tras la moción de censura que provocó la caída del gobierno de Michel Barnier, el nuevo primer ministro, François Bayrou, decidió mantener a Dati en su cargo, confirmando su peso dentro del equipo gubernamental.
Nuevas acusaciones y presión sobre su imagen pública
El proceso judicial se suma a otras polémicas recientes que han afectado la imagen pública de Dati. Recientemente, medios franceses revelaron que no había declarado una valiosa colección de joyas en su declaración patrimonial, un requisito obligatorio para todos los ministros ante la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública. Aunque Dati no ha respondido públicamente a estas acusaciones, el incidente ha reavivado los cuestionamientos sobre su compromiso con la transparencia.
Por otra parte, el caso también pone nuevamente en el foco a Carlos Ghosn, una figura central en la industria automotriz europea hasta su detención en Japón en 2018. Acusado de utilizar fondos de Nissan para fines personales, Ghosn protagonizó una fuga internacional que terminó con su llegada al Líbano, país que no tiene tratado de extradición con Japón ni con Francia. En este proceso, será juzgado por los presuntos delitos de abuso de poder, corrupción, abuso de confianza y tráfico de influencias.
Una trayectoria sobre el alambre
El proceso al que se enfrenta Rachida Dati no solo pone en tela de juicio su comportamiento anterior, sino que también podría obstaculizar sus metas a futuro. Con una carrera política notable y una ambición por liderar la ciudad de París aún presente, la exministra deberá ahora afrontar un proceso judicial que podría cambiar su legado. A pesar de que su equipo legal está seguro de que podrán anular la decisión, el curso del juicio será determinante para decidir si podrá conservar su lugar en el Gobierno y continuar su trayectoria política hacia las elecciones municipales de 2026.
Mientras tanto, el escenario político francés observa con atención cómo se desarrolla un caso que combina poder, justicia y ambiciones personales, y que podría tener consecuencias duraderas en el mapa político de la capital y del país en general.